LOS HERMANOS CALATRAVA VS. DAVID BOWIE

 
Tal vez algunos de ustedes no conozcan a David bowie. Bien, ese es su problema, para eso tienen nuestra antigua entrada:


http://versuscine.blogspot.com/2011/08/david-bowie-vs-beatles.html


Como Bowie es uno de los más grandes y no salía muy bien parado, aprovechamos esta maravilla que hemos encontrado y que he pedido como regalo de cumpleaños para dedicarle la entrada:


http://www.kolbisneat.com/spaceoddity.htm


Aparte de ser un precioso libro infantil que ya me he descargado, lo más simpático es que el autor ha elegido como tema para realizarlo la canción que lanzó a David Bowie a la fama por allá por 1968 y que se titulaba "Space Oddity", igual que el libro (claro) y que la película del mismo año de Kubrick (2001: A space oddity) que le había servido de inspiración directa para componerla. 
Por entonces el señor Bowie llevaba varios años pateando la escena londinense en busca de un éxito que se le resistía como cantante mod y poco memorable actor, cuando vio la película en el cine y salió tan impactado que compuso inmediatamente el que sería su primer himno, que no tardó en colocarlo en la TV y llevarlo al estrellato del que ya no bajaría. 

Bowie dándose un garbeo con las estrellas

El bromazo del asunto es que la historia que narra la canción es la menos adecuada para un libro infantil: El lanzamiento al espacio y posterior perdida del Mayor Tom, astronauta alienado cuya trayectoria simboliza la fama, la soledad y la incomunicación y que se despide de la humanidad pidiendo que recuerden a su mujer cuánto la amó. Lo dicho, no dejen de comprárselo a sus hijos.


Como en toda buena historia, en ésta hay segunda parte y por una vez es mejor que la primera. Como para otros artistas, para Bowie los 70 (esa década) significaron un descenso a los infiernos de las adicciones: heroína, cocaína, alcohol y los que le pusieran por delante. Para el final de la década, completamente desquiciado y mirando a la muerte de reojo, asumió que él era el Mayor Tom y que su pérdida en el vacío era la misma que la de su personaje. En éstas compuso uno de sus mejores discos, Scary monsters (1980) cuyo título era una declaración de intenciones y que incluía la segunda parte de Space Oddity: Ashes to ashes (ceniza a la ceniza) otro exitazo y otro título descriptivo: El mayor Tom, él mismo, volvía a la tierra hablando de una manera terriblemente cruda de la desesperanza de un adicto (en el estribillo no dudaba en repetir: "El Mayor Tom es un yonqui") con una melodía aún más deprimente que la original y que para rematar ilustraba con un vídeo ideado por él y que parecía su propio funeral.

Para esto es mejor quedarse en el espacio...

Finalmente Bowie no siguió los pasos de otras tantas estrellas del rock y 30 años después anda felizmente casado con la modelo Imán y con un pequeño retoño aparte de su hijo director de cine. 

Y aquí es donde entran los HERMANOS CALATRAVA. Es probable que algunos de ustedes no los conozcan. Ni falta que les hace. Los Hermanos Calatrava, ese dúo cómico con nombre de arquitecto que pugnaron por la corona de reyes del cassette de chistes de gasolinera con artistas de la talla de Arévalo o Pepe da Rosa hasta mediados los 80 y cuya obra debería ser de estudio obligatorio en las escuelas de historia o de psicología, se dedicaban, entre otros alardes de talento, a dudosas imitaciones de famosos y a versiones supuestamente simpáticas de famosos éxitos musicales: vamos, que habían descubierto la pólvora. 

 Los Hermanos Calatrava en su salsa.

Y entre otros atrevimientos que nadie les había pedido le llegó el turno a la mismísima "Space Oddity". Sí, lo han leído bien. Bueno, llamar versión a esto es muy atrevido, y llamarlo canción aún más, pero si nos atenemos a la definición del diccionario podemos darlo por válido, lo que sí que no nos entra ni de lejos es el término "gracioso" o "divertido", pero tampoco nadie ha hablado de reírse sino de los hermanos Calatrava, cuya obra maestra cinematográfica: "El ET y el OTO" era una supuesta parodia de E.T. con el feo(sic) interpretando un dizque extraterreste, se supone que basado en la elasticidad de su rostro y su número más famoso era una suerte de parodia de una famosa entrevista con un maleducado Mick Jagger a cuenta una vez más del feo (el más feo) cuando la imagen que ofrecía parecía la de Keith Richard. Ese fue siempre al sambenito de estos dos animales del humor: andaban cerca, pero siempre apuntando en la dirección equivocada.

Muy adecuada la animación del autor con el disco llorando sangre.

LOPEOR: El guapo(?) interpretando la canción con seriedad y sentimiento, como si se creyese cantante. Ese tipo de actuaciones engoladas en los karaokes suelen acabar en risas generalizadas, exactamente lo contrario que cualquier número de nuestros queridos Calatrava. Unos genios para servirle.