GENTE QUE NOS SIGUE

lunes, 11 de julio de 2011

BLADE VS. MATRIX

Hola mundo:

Con la filosofía de nuestro blog de peleas: dos películas entran, una sale, arrancamos esta serie enfrentando a dos obras que no necesitan presentación, y para contradecirnos, nada mejor que presentar la primera: 
Queridos niños, resulta que el mundo en que vivimos no es otra cosa que una ilusión creada por unos malos para tenernos contentos mientras nos gobiernan en secreto y nos usan como ganado sin que nos enteremos, porque para colmo, no los podemos distinguir de nosotros. (Sí, parece Inside Job, pero no lo es).
Por suerte, aparece un chulazo con un guardapolvos de cuero hasta el suelo y unas gafas de sol tope molonas que reparte estopa como un hooligan borracho y lucha contra ellos a las órdenes de su mentor y colega, otro aspirante a Chuck Norris al que pillan por defenderle y recibe más palos que una estera, pero tranquilos que le salvan y aquí no ha pasado nada.
Por si fuera poco, nuestro chulazo se enfrenta a uno de los malos que va por libre y esquiva los disparos a cámara lenta sin moverse del sitio (eso es un hombre); y entre explosión y patada se echa una novia cañón más dura que Sarah Connor, y también hay un rollo con una profecía, y mucha referencia oriental, cómic, manga, estética ultramoderna y una banda sonora techno bailonga con lo más granado del panorama del momento. Menudo cañonazo. Ni que decir tiene que al final el malo se lleva lo suyo y la pelea de nuestro héroe contra la sociedad secreta sigue adelante, como mínimo hasta completar una trilogía.

Como los más pilluelos habrán imaginado, no hablamos de Matrix (1999) espléndida película que condenó a muchos jóvenes siniestros que se empeñan en llevar el guardapolvos de Neo a morir vírgenes, y a la que no vamos a discutir los méritos aquí, sino de Blade (1998) película que básicamente nos contaba lo mismo un año antes con dos tercios de su presupuesto y, es cierto, las ideas menos claras.

Efectivamente, aquí el más tonto esquiva balas.



En serio: si a Keanu Reeves lo pilla Stephen Dorff, no tiene Matrix para salir corriendo.

Pues sí, un año antes que Neo, Blade, un cazavampiros negro y macarra, un personaje muy secundario de la editorial de cómics Marvel, llegaba para rescatarla de la ruina en el último momento, como en las buenas historias, de la mano de la joven composición digital y un director que la dominaba y de paso reventaba las desastrosas adaptaciones de superhéroes al cine y actualizaba su desfasada estética de mallas elásticas marcando la senda por la que iban a discurrir el resto de superhéroes de carne y hueso a partir de los X-men en 2000.

Superhéroes Marvel en pantalla antes de Blade: Plástico, mallas y poca vergüenza.

Ocurrió que, poco antes que Blade, se estrenaba Dark City, una película del director del Cuervo que pasó sin pena ni gloria y se convirtió entre los enteradillos en la excusa perfecta para meterse con Matrix por tres motivos esenciales: que ambas partían de la misma premisa, vivimos controlados por fuerzas ocultas que engañan a todos menos a Kiefer Sutherland, que Dark City no la había visto nadie y que Matrix la había visto todo el mundo, convirtiéndola en candidata oficial al odio de los cinéfilos. (Ya te digo si el director de Dark City la habría cambiado por Matrix.) 
Que no la hubiese visto nadie dice bastante de la película, y la supuesta copia, de los que se empeñaban en descubrírselo a la masa inculta, porque las semejanzas empezaban y acababan allí. Por lo demás, en cuanto a estética y narrativa, las innovadoras señas de identidad de Matrix que la emparentan con Blade, Dark City se estrenaba ya pasada de moda, apostando por un retrofuturismo atrasado 15 años y unos malos que parecían los sobrantes de Dune o Hellraiser. Si aceptásemos las películas sólo por la originalidad de sus sinopsis, John Ford habría rodado 10 o 12 en toda su vida y Matrix podría ser la segunda parte de la invasión de los ultracuerpos.

Una de esas demostraciones que se curran algunos de las incontables semejanzas entre Matrix y Dark City: en ambas salen personas, teléfonos y tienen un etalonaje digital muy currado...

Los hermanos Wachowski debían de estar doblados de la risa oyendo a los culturetas de turno echarles en cara el plagio de Dark City mientras ellos revisaban una y otra vez Blade con la tranquilidad de que los cinéfilos de guardia no la verían por no ser digna. He llegado a dudar si Dark City no la habrían producido ellos como una cortina de humo, a fin de cuentas, lo que no saben tantos es que Dark City y Blade comparten guionista. 

Al final, copiar, copiar, no duden que no copiaron ninguna porque su proyecto ya estaba muy adelantado antes de los dos estrenos, pero supieron leer en profundidad algo que Blade intuía sin llegar a concretar, una renovación visual que, al igual que para X-men, ya estaba latente en la peli de Westley Snipes, que además de deber mucha pasta al fisco, es cinturón negro de verdad y no necesita los trucos de la señorita Pepis para soltar toñas como camiones.


NUESTRO CONSEJO DE LA SEMANA: Retomando nuestra incoherencia, no nos quedamos con una sola, la verdad es que las dos son muy buenas. Véanlas seguidas, primero Blade, y verán cómo hay coincidencias que les dan risa. 


1 comentario:

  1. Deacon Frost .... uno de mis villanos favoritos , Stephen Norrington el director de la 1º lleva unos años amenazando con hacer una precuela con el personaje de Stephen Dorff como protagonista ....
    ya se vera ...... a mi Dorff siempre me parecio un actor cojonudo y muy desaprovechado ....

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